La duda: si los nacionalistas facilitarán o no un gobierno del PP. Una posibilidad abierta después de que diez votos desconocidos conformaran una mesa del Congreso y una Presidencia favorables al PP. Nadie entre los nacionalistas admite su apoyo, aunque hay quien lo tiene claro.
Los votos vienen "del PNV, de Coalición Canaria y de Convergència", asegura Rafael Hernando, portavoz del grupo popular en el Congreso. También lo considera Antonio Hernando, el portavoz socialista en la Cámara Baja: "Son de fuerzas nacionalistas o independentistas".
Contactos del PP y los nacionalistas catalanes sí se han dado. "Esa reunión tuvo un componente de naturaleza institucional y económica", reconocía Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno en funciones. Pero nada sobre la investidura. El PP quiere marcar distancias.
"Nuestra oferta es con partidos constitucionalistas", reitera Sáenz de Santamaría. Una forma de justificar sus críticas al PSOE cuando, hace solo unos meses, facilitó a los independentistas tener grupo propio en el Senado. "Apoyar a quienes hacen un pulso al Estado, como hace el señor Sánchez, es un gran error", afirmaba el pasado mes de enero Mariano Rajoy.
Fricciones entre populares y nacionalistas e independentistas que se han escenificado durante estos meses de gobierno en funciones. "Con Convergència y Esquerra, con estas fuerzas políticas, no vamos a pactar", señalaba el ministro de Interior en funciones, Fernández Díaz.
El PP reniega de cualquier acercamiento con los nacionalistas, pero su apoyo puede ser decisivo si Rajoy no logra la abstención de los socialistas.