El doctor Carbonell lleva practicando abortos por convicción desde la dictadura franquista y asegura que con la ley Gallardón seguirá haciéndolo aunque sea de forma clandestina. "Cuando una ley es manifiestamente injusta y va en contra de los intereses de la mayoría de la sociedad no queda más remedio que hacer lo que hicimos en la época de la dictadura de Franco que es saltarse la ley", asegura el ginecólogo José Luis Carbonell.

La nueva norma obligará a los profesionales comprometidos con los derechos de la mujer a buscar otras fórmulas para seguir llevando a cabo estas intervenciones. "Se pueden hacer farmacológicos o se pueden hacer como se hacían en la época de Franco en domicilios particulares", explica Carbonell.

La reforma también fomentará el turismo abortivo. Y aquí entran en juego ONGs como Woman on Waves que ayudan a las mujeres a abortar en el extranjero. Las recogen en el puerto de turno, las suben al buque y las llevan a aguas internacionales.

El doctor Carbonell colabora con ellas y lo seguirá haciendo sin miedo a las consecuencias legales: "Yo tengo absolutamente claro que voy a acabar en la cárcel porque más pronto o más tarde me encontrarán pero yo no voy a dejar de ayudar a ninguna mujer que me lo solicite".

Otros ginecólogos también han manifestado abiertamente su intención de seguir facilitando píldoras abortivas para las interrupciones del embarazo tempranas. Lo llaman  compromiso de conciencia. "Nosostros tenemos que ayudar a esas mujeres a evitarles problemas de salud ya hacer que el aborto no se convierta en un aborto tardío y peligroso", dice la ginecóloga Isabel Serrano.

La imprecisión de la ley Gallardón también pone a los psiquiatras en una difícil tesitura. Ellos deberán avalar o rechazar la petición de aborto de una mujer y determinar si exite riesgo para su salud.

Y aquí caben muchas interpretaciones. "A mi modo de ver cuando hay malformaciones, eso es una clara indicación para interrumpir el embarazo, también graves privaciones económicas", analiza la psiquiatra Ana Isabel Sanz. Sus informes favorables serán claves para avalar un aborto.