Contenta, "muy convencida" y, de momento, sin efectos secundarios. Así ha despertado hoy Araceli Hidalgo, de 96 años, 24 horas después de convertirse en la primera española en vacunarse contra el coronavirus. Según ha relatado este lunes en Onda Cero, ha pasado la noche "sin ninguna molestia" y el pinchazo le dolió "muy poquito".
Ahora, consciente de que ha hecho historia al recibir la vacuna de Pfizer, lo que más desea es poder abrazar a sus nietos, según ha manifestado en Antena 3. Ayer ya pudo hablar con uno de ellos: "Es lo que más ganas tengo, de abrazarlo, y que todo el mundo se pueda abrazar y nos libremos de este virus", ha afirmado.
Ya más tranquila, tras el revuelo del domingo, Araceli se confiesa "muy emocionada, esperando que todo se arregle" y "con mucho ánimo de ver el final de esto que tenemos encima", tras meses en los que ha pasado "mucho miedo".
Y es que en la residencia Los Olmos de Guadalajara, donde vive, ha habido "momentos muy duros" durante la pandemia, según ha explicado por su parte Mónica Tapias, auxiliar de Enfermería en dicho centro y la primera sanitaria en recibir la vacuna en España, que ha recordado lo difícil que fue ver a residentes "morir solos", porque "no tenían el calor de la familia".
Para ella, que tampoco ha experimentado por ahora efectos secundarios, más allá de alguna pequeña molestia "normal" en el lugar del pinchazo, es "un orgullo" haber sido la primera sanitaria en ponerse la vacuna y anima a todo el mundo a seguir su ejemplo.
"Es la única manera de frenar esta enfermedad", ha aseverado, agregando que "ahora nos queda seguir luchando, seguir manteniendo las medidas de seguridad y tener la esperanza de que este virus acabe algún día".
"Animo a la gente a que se la ponga, es fundamental ponérsela", ha reiterado en TVE, donde también Araceli ha enviado un mensaje claro a quienes no están todavía convencidos de ponerse la vacuna: "Que se animen, que se la pongan".