Un ciudadano mexicano, residente en Estados Unidos, Adrián Hong Chang, sería el líder de un grupo de 10 personas que asaltó la embajada de Corea del Norte en Madridel pasado 22 de febrero, según el auto del juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, que ha levantado el secreto de sumario sobre este caso. Auto al que ha tenido acceso laSexta Noticias.
El supuesto líder, dice el juez, cinco días después del asalto entró en contacto con el FBI en Nueva York con el fin de facilitar información relativa al incidente en la Embajada, así como el material audiovisual que dijo había obtenido. Además, manifestó que, bajo su propia voluntad, llevó a cabo los hechos junto con un grupo de personas no identificadas. Según el juez, también habrían participado los ciudadanos estadounidense Sam Ryu y de Corea del Sur Woo Ran Lee.
Este es el relato de los hechos que recoge la causa abierta en la Audiencia Nacional y que y apunta a la comisión de delitos de allanamiento de morada, detenciones ilegales, lesiones, falsificación documental, amenazas y robo, cometidos por organización criminal.
El supuesto líder del asalto, según explica el juez, la mañana del 22 de febrero compró en una tienda de Madrid material táctico y de combate consistente en 5 fundas de pistola de extracción rápida, 4 cuchillos de combate, 6 pistolas simuladas HK, 1 sobaquera, 4 gafas de tiro, 5 linternas tácticas o 5 grilletes de tipos diferentes.
Por la tarde, a las 16.34 horas, se presentó en la embajada y pidió ver al encargado de negocios, al que ya conocía de una visita previa en la que se hizo pasar por empresario. Entonces, y según el relato del juez, entró el resto del grupo portando machetes, cuchillos, barras de hierro y armas cortas "y comenzaron a golpear violentamente a sus ocupantes, hasta que consiguieron reducirlos y colocarles grilletes y bridas".
De acuerdo con el relato de hechos de la resolución judicial, una de las personas que se encontraban retenidas pudo saltar desde el primer piso y escapar por una de las salidas, donde fue vista por un ciudadano que la ayudó y solicitó asistencia sanitaria y policial, lo que motivó que un equipo del SAMUR se desplaza hasta el lugar, así como un indicativo policial.
Los agentes policiales, una vez en el lugar y tras establecer un perímetro de seguridad, llamaron a la puerta de la Embajada, donde les abrió el propio Adrián Hong Chang, quien se había colocado una chaqueta con un pin con la cara del presidente de la República Popular de Corea y se presentó como alto representante del organismo, indicando a los agentes que no había ningún problema en el interior y que si había alguien herido debían comunicarlo oficialmente al Consulado.
Tras 60 minutos en la sala de reuniones, tres de los asaltantes, prosigue De la Mata, se llevaron al encargado de Negocios a una de las habitaciones del sótano y allí dos de ellos le incitaron a abandonar Corea del Norte,“identificándose como miembros de una asociación o movimiento de derechos humanos para la liberación de Corea del Norte”. Cuando éste les aseguró que no traicionaría a su país y no desertaría, fue de nuevo maniatado y le volvieron a cubrir la cabeza con una bolsa negra.
Los asaltantes, según el juez, retuvieron durante varias horas a las personas que se encontraban en la Embajada, manteniéndoles inmovilizados con grilletes y bridas y golpeándoles, y se apoderaron de un par de pendrives, dos ordenadores, dos discos duros (uno de ellos de almacenamiento de imágenes de seguridad) y un teléfono móvil.
Seguidamente, se apoderaron de tres vehículos propiedad de la Embajada y la mayor parte del grupo asaltante procedió a abandonar el lugar alrededor de las 21.40 horas, dejando en el interior de la legación a “las personas que habían detenido inmovilizadas con bridas y grilletes”. Con posterioridad, Hong Chang y otro de los asaltantes salieron de la Embajada por la parte trasera y tomaron otro vehículo. Tras el asalto, Hong Chang se desplazó a Lisboa y de allí salió inmediatamente en un vuelo con destino a Estados Unidos, adonde llegó el 23 de febrero al aeropuerto de Newark, en New Jersey.
Cuatro días más tarde, el 27 de febrero, desde Nueva York, siempre según la resolución del Juzgado Central de Instrucción 5, Hong Chang entró en contacto con FBI de Estados Unidos con el fin de facilitar información relativa al incidente en la Embajada, así como del material audiovisual supuestamente obtenido.
Manifestó que, bajo su propia voluntad, llevó a cabo el asalto en la Embajada de Corea del Norte junto a un grupo de personas no identificado, “dando superficiales detalles de cómo se llevó a cabo el asalto y aseguramiento de edificio. Tras este, el Grupo Criminal procedió a registrar la Embajada en busca de armas y otras cosas. Una vez huyeron, el grupo se dividió en cuatro grupos y se dirigieron a Portugal, volando Hong Chang desde Lisboa a Nueva York”, explica De la Mata.
También indicó que el grupo asaltante portaba cuchillos y pistolas de airsoft. Al parecer, previo al asalto, indica el auto, Hong Chang habría contactado con alguien no identificado de la Embajada que sería susceptible de “desertar”. Tras la operación, el equipo se dividió en cuatro grupos y se dirigieron a Portugal. Todos ellos se encontrarían en estos momentos fuera de España.