En enero de 2015, Anticorrupción presentó una querella contra Blesa y Sánchez Barcoj por las presuntas retribuciones percibidas por la cúpula de la extinta entidad entre 2007 y 2010 y que, según el FROB, habrían acarreado un perjuicio millonario a la caja.
Tanto el informe del FROB como los correos electrónicos de la excúpula de la caja reconocen la existencia de unas tarjetas black, la entrega de relojes de 12.000 euros a consejeros y canjeables por cheques regalos de El Corte Inglés, así como dietas a directivos o la fórmula para indemnizar al ex secretario general de la entidad Enrique de la Torre.
Según la documentación, De la Torre envió en 2009 un correo a Blesa en el que se quejaba de que la organización sólo funcionaba para el entonces presidente de Caja Madrid, y le recordaba que él mismo le había reconocido que cobraría por su cese.
Anticorrupción percibe indicios de delito en estos hechos, que finalmente serán instruidos en los juzgados de Plaza de Castilla tras meses de demora, y después de que el juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu se inhibiese del proceso al considerar que no afecta ni a la entidad ni al periodo que investigó como instructor del caso Bankia.