Miguel Blesa, uno de los protagonistas de la crisis, sigue escribiendo capítulos en su historia judicial. Mientras que por las tarjetas black ya está esperando sentencia y por el escándalo de las preferentes ha declarado como investigado, ahora sabemos que volverá a sentarse en el banquillo, esta vez por los sobresueldos durante su presidencia en Caja Madrid.
El fiscal pide para él, y su exdirector financiero, Ildefonso Sánchez Barcoj, cuatro años de cárcel por un delito de administración desleal continuado más 8,5 millones en responsabilidades civiles.
Es la cantidad que nueve directivos presuntamente percibieron de forma irregular mediante sueldos, indemnizaciones y planes de pensiones entre 2008 y 2010. Además, lo hicieron a espaldas del Consejo de Administración, aunque éste acordó unas subidas salariales del 4,5% que finalmente se dispararon un 16% de media. El exsecretario Enrique de la Torre es también señalado como partícipe a título lucrativo.
La última vez que vimos a Blesa en el juzgado se negó a responder preguntas, y ahora tendrá que contestar a todas, de nuevo, ante un juez.