El indulto de Garzón estuvo un año en el limbo, traspapaleado en su camino del Ministerio de Justicia al Tribunal Supremo. El problema es que este tipo de expedientes tienen un plazo, hay que tramitarlos en un año y ese tiempo se ha cumplido. La petición de indulto se ha vuelto a tramitar, y esta vez supuestamente nadie la perderá.