Los monjes del Valle de los Caídos han vuelto a ofrecer este 18 de julio una misa por el aniversario del golpe de estado franquista. Una indignante celebración del alzamiento militar que se ha repetido durante muchos años, pero que podría ser la última.
La reciente ley de Memoria Democrática aprobada en el Congreso, expulsará a los frailes y resignificará el Valle. La ley contempla la creación de un inventario estatal de lugares de memoria democrática entre los que estará el actual Valle de los Caídos, que pasará a denominarse Valle de Cuelgamuros y dará a conocer las circunstancias de su construcción y su significado "con el fin de fortalecer los valores constitucionales y democráticos".
Aquí sólo podrán yacer los restos mortales de personas fallecidas a consecuencia de la guerra y se reubicarán aquellos restos que ocupen un lugar preeminente en el recinto, como ocurre con el caso de José Antonio Primo, que tras la exhumación de Francisco Franco es la única tumba individual que permanece.
Además, la ley declara extinguida la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, de quien depende el monumento administrado temporalmente por Patrimonio Nacional, y establecerá un nuevo marco jurídico aplicable a este lugar.
La ley de Memoria Democrática también declara ilegal tanto el régimen franquista como los tribunales franquistas, así como la nulidad de todas sus condenas. Esta nulidad dará derecho a obtener "una declaración de reconocimiento y reparación personal" a las víctimas del franquismo.