Ni la Fiscalía, ni un partido político, ni un sindicato... Los últimos en querellarse contra Jordi Pujol son sus propios vecinos. El cabreo de algunos ciudadanos que -todavía tímidamente- comienza a sentir el expresident.

Se va a ver plasmado en una querella de la Federación de Vecinos catalanes, que quieren ser parte del proceso “movidos por la rabia y la decepción”. La suya se sumará a otra querella que interpuso hace 15 días el sindicato Manos Limpias, pidiendo a la juez que impute a Pujol por haber cometido siete delitos.

Desde el principio, la familia ha planeado quitarse de en medio esta iniciativa. De hecho, según ‘El Periódico de Cataluña’, los abogados del matrimonio la acaban de recurrir con el argumento de que el "el querellante lanza una abstracta, genérica y gratuita suposición o conjetura".

Sin embargo, este movimiento podría servir de poco si se acaban cumpliendo los planes de la acusación, según cuenta ‘Vozpopuli’. Que el juez Ruz acumule todas las causas contra el clan Pujol y que sea en la Audiencia Nacional donde se centre toda la investigación, que en este momento también avanza en los juzgados de Barcelona.