Sobre las 10:30 de la mañana los servicios funerarios se llevaban el cuerpo de Rita Barberá. A primera hora la exalcaldesa sufría un infarto. El Summa recibía el aviso a las siete de la mañana, pero ya no han podido hacer nada para salvarla.
Barberá ha muerto en un hotel justo al lado del Congreso, donde se han desplazado varios miembros del PP como Dolores de Cospedal, De la Serna, García-Margallo o el presidente del Senado.
La exalcaldesa, que ha muerto a los 68 años, estaba acompañada de su hermana y su sobrino, que viajaron ayer a Madrid porque ya no se encontraba bien. Por eso no asistió al pleno del Senado.
Sus excompañeros de partido apuntan que llevaba meses mal. "En los últimos meses estaba sometida a presión y tomaba medicamentos", ha explicado Isabel Bonig, presidenta del PP de la Comunidad Valenciana.
La última vez que se vio a Rita Barberá fue acudiendo al Tribunal Supremo a declarar como investigada. Días antes, en el acto de apertura de la legislatura, la exalcaldesa también se dejó ver en el arco parlamentario saludando a los compañeros de partido.
Tras su fallecimiento, García-Margallo ha explicado que estaba medicándose. "Estaba sometida a una medicación muy fuerte porque estaba pasando una depresión".