El puente de diciembre pasó y con él dos borrascas que dejaron mucha nieve en la Penínsulay que deja con un amargo sabor de boca a las estaciones de esquí, que no han podido aprovechar una fecha clave en sus negocios y que aún no saben cuándo abrir por las restricciones de movilidad derivadas de la pandemia y por las presiones de otras plazas europeas.
Los festejos de la Constitución suelen dar la fecha de salida a la temporada de la nieve, un sector que en España genera más de 3.100 empleos directos. La temporada pasada, acabada con precipitación por el coronavirus, nuestro país recibió a 4,8 millones de esquiadores y las estaciones ingresaron 118,8 millones de euros, apenas tres menos que la anterior, de acuerdo con datos de la Asociación Española de Estaciones de Esquí y Montaña (Atudem).
Sin embargo, y a pesar del cierre adelantado, parece que su apertura se retrasa. No hay una directriz clara por parte de las Administraciones y las restricciones de movilidad impiden los desplazamientos entre comunidades para acudir a las estaciones de esquí. Así que muchas de ellas han decidido no abrir.
Solo unas pocas abren
Desde Atudem explican que, a falta de órdenes superiores, la apertura depende de cada estación de esquí. De momento, solo hay un puñado de ellas trabajando: la de Punto de Nieve de Santa Inés (Soria), la más pequeña de la Península; la de Leitariegos (León) o la de Masella (Girona). Baqueira Beret (Lleida) ha anunciado su puesta en marcha de cara al fin de semana, el 11 de diciembre, a espera de órdenes de la Generalitat.
A las autoridades no les preocupa tanto la realización del deporte, al aire libre, como su componente social. Lo dijo en 'ARV' el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que ve necesario tomar medidas "en relación a todas las actividades que están alrededor del esquí y también a la movilidad que puede provocar".
La situación por comunidades es diversa y, de momento, lo que prima es la inconcreción. En Aragón, su presidente, Javier Lambán, ha asegurado que ve "poco prudente" abrir antes de que terminen las Navidades. En Andalucía, los expertos han recomendado abrir la estación de esquí de Sierra Nevada a partir del próximo viernes 18 de diciembre. En el recinto ya han preparado las instalaciones donde se alcanzan espesores de nieve en pista de hasta cien centímetros en las zonas más altas.
En Cataluña, las estaciones públicas de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) -La Molina, Boí Taüll, Port Ainé, Espot, Vallter 2000 y Vall de Núria- no abrirán hasta que toda la Comunidad pase a la Fase II de la desescalada. En principio, unos días antes de Navidad.
Los deportistas de invierno piden que se abran
Los deportistas de invierno piden que estas estaciones se abran para poder, precisamente, practicar sus especialidades. Es lo que solicitó el presidente de la Real Federación Española de Deportes de Invierno, May Peus, al Gobierno en una carta abierta: "La salud es y debe ser una prioridad, pero es lógico pensar que los deportes de nieve, organizados de manera ordenada y con todas las garantías sanitarias, pueden ser también una forma de contener la pandemia. Hacer ejercicio al aire libre tiene una influencia positiva, especialmente en momentos de estrés físico y psicológico, como el que todos estamos, por desgracia, padeciendo".
Europa presiona para mantenerlas cerradas
En Europa, prima la prudencia. Es precisamente lo que ha solicitado la Comisión Europea para evitar un repunte en los casos. También pide coordinación entre los países miembros, aunque estas decisiones competen a cada Estado.
Por ejemplo, en Francia, el presidente Emmanuel Macron ha prohibido la apertura hasta enero y ha amenazado con controles en las fronteras para evitar desplazamientos a otros países donde sí se pueda esquiar, como Suiza.
Alemania fue uno de los primeros países en anunciar restricciones a las estaciones de esquí y en reclamar un cierre coordinado con otros países, para evitar una posible competencia desleal. En este país se mantendrán cerradas hasta el 10 de enero, como mínimo.
Una decisión similar ha tomado Italia, cuyas estaciones aportan cerca del 1% del PIB, y que ha decidido postergar la apertura hasta el 6 de enero y así evitar la propagación del virus en Navidad.
Incluso Andorra ha decidido cerrar sus estaciones hasta enero, ya que su principal clientela procede de España o Francia, ambos países afectados por restricciones de movilidad.