Al anular la ley de plazos y volver a la ley de supuestos se producen dos consecuencias: desaparece el libre aborto en las primeras semanas y la supresión del supuesto por anomalía del feto, lo que nos pone a la cola de Europa junto a Malta, Polonia y Finlandia.

Reino Unido, por ejemplo, tiene una ley de supuestos pero incluye la interrupción en caso de anomalía fetal. Así que la ley es más restrictiva que la de 1985.

Los ciudadanos no quieren la nueva ley del aborto que sitúa a España entre los países menos permisivos de Europa. Mientras que nuestros vecinos optan por leyes de plazos, el gobierno español retoma el anterior modelo de supuestos.

La mayoría de los países de nuestro entorno permiten abortar libremente durante las primeras semanas de gestación. Malta es el único país europeo donde esta práctica está prohibida y penada por ley.

Los siguientes países más restrictivos son Irlanda y Polonia que sólo permiten interrumpir el embarazo en casos muy concretos. En Irlanda, la nueva ley que entrará en vigor en enero de 2014, sólo permitirá abortar cuando la vida de la madre corra peligro.

Polonia, por su parte, tiene una legislación similar a la que estuvo vigente en España entre 1985 y 2010. Las mujeres pueden interrumpir su embarazo en caso de violación, de malformación del feto o si existe riesgo para la salud de la madre.

Con la ‘ley Gallardón’, el aborto deja de ser un derecho en España y se convierte en un delito regulado. La norma, que elimina el supuesto de malformación del feto, es la más restrictiva de la democracia y coloca a España a la cola de Europa.

Sobre este asunto se han hecho eco también las portadas de medio mundo. El británico ‘The Guardian’ destaca que el Gobierno ha aprobado una ley del aborto más restrictiva y que lo ha hecho sin escuchar a la oposición.

El alemán ‘Die Welt’, también en el mismo sentido, resalta en su texto que incluso los conservadores están horrorizados ante la nueva legislación.