En el nuevo Código Penal que pretende aprobar el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, las personas con enfermedad mental son "sujetos peligrosos", pero el anteproyecto de ley no explica en absoluto cómo, cuándo y quién determinará el grado de peligrosidad.
"Nosotros como profesionales, no podemos hacer una predicción de conductas de peligrosidad", ha señalado Mariano Hernández, miembro de la Asociación Española de Neuropsiquiatría. A partir de ahora, no serán los médicos, sino los jueces, quienes podrían controlar las enfermedades mentales.
Por su parte, Javier Pallarés, perteneciente a la Fundación Manantial, ha afirmado que "no hay ningún método riguroso que permita valorar esa peligrosidad". Aun así, a los cinco años de su ingreso en un centro psiquiátrico, su condena será revisada. Si las autoridades consideran que sigue siendo peligroso, su internamiento puede convertirse en una cadena perpetua.
Además, José María Sánchez, presidente de la Confederación Española de Agrupación de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (FAEFES), ha asegurado que "en otros casos cuando alguien cumple la pena, según el artículo 52 de la Constitución, se supone que se reinserta y se recupera". "Por eso, si nosotros tenemos un trastorno mental grave, vamos a tener el problema toda la vida", ha añadido.
Los enfermos denuncian que el nuevo Código Penal les criminaliza y aun cuando salgan de prisión, seguirán bajo la lupa de las autoridades, como si fueran terroristas."Yo tendría miedo de ir a una manifestación, porque si pasa algo me podrían detener y encerrar de por vida", ha manifestado Hernán, que sufre una enfermedad mental.
Tras un intento de suicidio y un ingreso psiquiátrico, un buen tratamiento hizo que Hernán olvide su enfermedad. Ahora, la ley vuelve a colgarle el cartel luminoso de "enfermedad mental". "Estaremos obligados a medicarnos a la fuerza y sin consentimiento", ha afirmado.