Ha sido su propia letra la que lo ha delatado. Oleguer Pujol detallaba en sus agendas personales todos los pasos que daba para blanquear dinero. En esas notas, intervenidas durante los registros de su vivienda y a las que ha tenido acceso ABC, aparece la compra-venta de más de 1.000 sucursales del Banco Santander en 2007.
Pero no solo la operación, también todo el entramado creado para ocultar a Hacienda las comisiones millonarias que, supuestamente, habría cobrado el hijo menor del expresidente de Cataluña, su exsocio Luis Iglesias y sus asesores. 11 millones y medio en total de los que 6,8 se los habrían quedado Oleguer e Iglesias.
Un boceto enmarañado esconde el recorrido del dinero a través de una red societaria internacional. De Barcelona se habría movido a Holanda y de ahí al paraíso fiscal de las Islas Vírgenes. El menor del clan Pujol declaró el pasado jueves en la Audiencia Nacional durante más de cuatro horas. Ante el magistrado José De la Mata reconoció haber cobrado dinero en negro, pero aseguró que ya está al día con el fisco tras acogerse a la amnistía fiscal de Montoro.
Mismo argumento que dio en el Parlament de Cataluña en la comisión antifraude por la que también desfiló el resto de la familia Pujol, investigada en numerosas causas por evasión fiscal y prácticas de corrupción política. El juez De la Mata lo ha dejado en libertad contra el criterio de la Fiscalía. Le ha retirado el pasaporte y le ha impuesto la obligación de presentarse cada quince días en el juzgado.