Prácticamente toda la oposición se ha ratificado en el compromiso de derogar la reforma educativa en cuanto cambie la mayoría parlamentaria que sustenta al Gobierno, pues nace "muerta", porque es un "zombi" que se ha tramitado "sin cambios sustanciales y sin escuchar a la comunidad educativa".
El debate del proyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) y las enmiendas parciales ha comenzado en el pleno del Congreso con la intervención de los grupos parlamentarios, pues el ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha renunciado a intervenir en un primer momento para presentar el dictamen de la Comisión de Educación.
Tanto ERC como Amaiur han advertido que no se aplicará en Cataluña ni el País Vasco. El diputado de ERC Joan Tardá ha opinado que la ley representa un "fanatismo que no tiene perdón, una cruzada nacional católica propia de los tiempos del NODO", así que "no pasarán", pues "de la mala gente, ha agregado en catalán, estamos hartos". Franco "intentó matar nuestra lengua y no lo consiguió; usted tampoco", ha enfatizado dirigiéndose a Wert.
El portavoz de Amaiur, Xabier Mikel Errekondo, que ha hablado unos momentos en euskera, ha opinado que es "una auténtica bomba en el corazón de nuestro pueblo", pues es una ley "españolizadora, centralizadora, adoctrinadora y elitista". También en el Grupo Mixto han anunciado que votarán en contra Geroa Bai, Compromís, CC y BNG, en tanto que Foro Asturias se abstendrá pues es un "suave 'lifting'", no una reforma a fondo. "Será un zombi que se arrastrará torpemente hasta que el PP pierda la mayoría absoluta. Venceréis porque no convenceréis", ha señalado el diputado de Compromís, Joan Baldoví.
El diputado socialista Mario Bedera ha acusado al ministro de "no negociar, sino imponer" una ley que es un "desatino" político, pedagógico y jurídico, que "no resuelve el abandono escolar"; es "injusta" y "excluyente" para los hijos de familias más desfavorecidas. "Háganos un favor: abandonen esta especie de onanismo legislativo y retiren la ley", ha pedido Bedera, pues se ha tramitado con "autismo político" y el "cinismo" de decir que se ha dialogado.
Al igual que otros oradores, ha dado la bienvenida a representantes de la Plataforma Estatal por la Escuela Pública presentes en la tribuna de invitados. Martí Barberá (CiU) ha explicado que sus enmiendas son para respetar el marco competencial de la ley de educación de Cataluña, pues la Lomce cambia el "compartir (competencias) por el repartir" para "impedir" que el modelo de escuela catalana pueda continuar.
Ha pedido al Gobierno que se respete el castellano y el catalán "por igual", pues el PP "no puede soportar" que se dominen por igual. Por Izquierda Plural, Caridad García, vestida con la camiseta verde a favor de la educación publica, ha denominado a la "ley Wert" como "la breve", que nace "prácticamente muerta", una norma "segregadora, privatizadora y mercantilista".
Carlos Martínez Gorriarán, de UPyD, se ha felicitado porque se hayan aceptado algunas enmiendas como la que establece que el castellano sea lengua vehicular de la enseñanza en todo el país o que los directores y profesores se consideren autoridad pública, aunque ha anunciado que votará en contra del conjunto del proyecto. Es algo "insólito" entre los países que funcionan bien que cada cinco años se cambie la ley de educación, ha indicado. Ha matizado que él hablaba en nombre de su grupo, no en el de ninguna comunidad autónoma ni de los sectores educativos, pues sería un "abuso intolerable".
Isabel Sánchez, de UPN, ha indicado que se trata de un "mesianismo" educativo basado en una mayoría "laminadora", que "impacta contra sistemas de las comunidades con lengua propia" para reducirlas a la "mínima expresión".