Mariano Rajoy presentaba algo más que el proyecto de los Presupuestos Generales del Estado. No hay más que fijarse en su discurso, cargado de adjetivos triunfalistas: "La recuperación es innegable, indiscutible, en un círculo virtuoso", aseguró el presidente.

Esta comparecencia le ha servido para mostrar sus credenciales de cara a los próximos comicios. Rajoy aseguró que "España está mejor que hace un año". Y en esta carrera de fondo por La Moncloa, el secretario general del PSOE le ha acusado de legislar sin escuchar a nadie. Pedro Sánchez aseveró que "Rajoy ha gobernado solo y contra todos". Los presupuestos de Rajoy son cortoplacistas para el PSOE, Antonio Hernando afirmó que esos presupuestos "hipotecan a gobiernos futuros".

Un discurso vacío, según la oposición. "Ese cuadro macroeconómico es pura fantasía", dice Alberto Garzón, candidato de IU a la Moncloa. Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, por su parte, asegura que Rajoy "dice que todo va bien, que no hay que cambiar ni la justicia ni la educación, que nadie habla del paro en casa, será en la suya".

Por primera vez en los últimos cinco años, el Gobierno ha podido aumentar el gasto social, gracias al ahorro de más de 5.000 millones en prestaciones por desempleo, que se reducen un 20%. Junto a las pensiones, que copan el grueso del gasto, se mejorarán, dice, las ayudas a familias y las becas.

También ha querido acercarse a uno de los gremios que su propio gobierno más ha castigado, los funcionarios, cuyo sueldo subirá un 1% el próximo año, el primer aumento salarial desde 2009. Otra de las novedades es el impulso a la obra pública, cuya inversión se había estancado y la bajada de impuestos. Movimientos que parecen querer contentar al electorado ante la proximidad de las elecciones generales.