Para la oposición el optimismo económico de Rajoy ni se ve, ni se siente. El líder del PSOE, Pedro Sánchez afirmó: “Hasta que no recuperemos los niveles de protsocial previos a la crisis, le exijo que no diga recuperación".
Mientras, a la izquierda plural las palabras de Rajoy le parece una broma. Para Podemos, Rajoy vive en otro planeta porque el presidente habla de una recuperación que “no tiene caras, no tiene piel, no sé de quién habla”.
A cinco meses de las elecciones, el presidente centró su discurso en la recuperación, pero la palabra estabilidad también se repitió varias veces. “El partido socialista es un gran partido, ha gobernado muchos años. No comparto muchas cosas, pero creo que es bueno que haya un acuerdo entre los dos grandes partidos”, declaró Rajoy.
Estas palabras un guiño al PSOE para grandes pactos de Estado y dura crítica al avance de otras opciones políticas que según el presidente, “lo único que generan es inestabilidad y falta de progreso y bienestar”. Para los aludidos, las palabras de Rajoy muestran el miedo a un cambio que dicen, ya ha llegado.
A Rajoy le costó hablar de Cataluña, pero no de Artur Mas, al que le envió un dardo: "Lamento que algunos hayan dejado de lado sus responsabilidades". El jefe del Ejecutivo poco se desvió de su guion trazado, evitó pronunciarse sobre el procesamiento de la infanta o el futuro de Esperanza Aguirre, pero a la pregunta sobre su futuro, el ‘sí’ fue rotundo.