El nuevo presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se ha marcado como prioridad trabajar por quien más lo necesita sin "discriminar a nadie", y ha expresado su intención de que la región "tenga en su futuro la dignidad que ha tenido en su pasado".
García-Page se ha pronunciado así en su discurso tras tomar posesión como presidente de la Junta en el Palacio de Fuensalida de Toledo, sede del Gobierno regional, en un acto al que han acudido, entre otros, el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el Ministro de Defensa, Pedro Morenés, y los expresidentes autonómicos María Dolores de Cospedal, José Bono y José María Barreda.
"Espero ser presidente de todos y de todas", ha aseverado García-Page, quien ha subrayado que quiere para la Comunidad "lo mismo" que para sus hijos. García-Page, alcalde de Toledo durante las dos últimas legislaturas, ha recordado su labor al frente del Consistorio toledano y se ha comprometido a trabajar para Castilla-La Mancha con "el mismo esfuerzo y sinvivir".
Ha pedido a la gente que le "ayude" en el objetivo "de defender intereses que son comunes" y también ha dedicado parte de su discurso a hablar de la Constitución Española y ha dicho que es "muy sabia", al mismo tiempo que ha abogado por su reforma. Ha advertido de que "no se puede abordar la cohesión territorial sin abordar primero la cohesión social".