Artur Mas ha llegado al Parlament arropado por la ovación de los manifestantes que le han pedido lo mismo una y otra vez: "votaremos, votaremos".
El president ha entrado y ha vuelto a salir para acercarse a la multitud, que seguía con sus demandas, a lo que él ha contestado que “haremos todo lo que podamos”.
La euforia se ha convertido en abucheos cuando ha aparecido la líder de los populares catalanes Alicia Sánchez Camacho. Ella les mira, sonríe y piensa en voz alta: "les tendríamos que saludar".
Una estampa a la que algunos políticos catalanes se han querido unir. Otros, por el contrario, han preferido observar de lejos, manteniendo las distancias. Una vez dentro, el ambiente se calma pero continúa la expectación.
Comienza la sesión extraordinaria con un único punto en el orden del día: debatir y votar la ley catalana de consultas. “Tenemos la obligación de ofrecer a los catalanes, como Parlamento y como sede de la soberanía de este país, las mejores herramientas para que esta nación pueda decidir su futuro”, ha asegurado Josep Rull, diputado de CiU.
Nadie se ha salido del guión. PP y Ciutadans continúan manteniendo que es una ley que busca la independencia y han intentado convencer al PSC hasta el último momento. “Señor Iceta, déjese de puñetas y vote que no”, ha solicitado Santiago Rodríguez, diputado del PP en el Parlament.
Por su parte, Albert Rivera, presidente de Ciutadans, ha pedido que “dejen de colaborar con el golpe contra el Estatut y la Constitución”. Cuando ha llegado la votación, ambos partidos han sido los únicos que han votado ‘No’. La consulta se celebrará el 9 de noviembre.
Aplausos y felicitaciones a Artur Mas, también por parte de su socio parlamentario Rull, mientras los populares y Ciutadans abandonan el hemiciclo. A la salida, Mas se muestra satisfecho y, fuera del Parlament, los congregados por la Asamblea Nacional Catalana lo celebran y le reiteran al president que quieren votar.