Hasta 30.000 correos electrónicos del bufete Medina Tejeiro, el que llevaba la contabilidad del Instituto Nóos. Es el botín que guardaba Matías Bevilacqua, un hacker informático que logró piratear el servidor íntegro del despacho de los cuñados de Diego Torres. También guardaba 140.000 euros que, según aseguró, le había pagado Defensa.

Ahora no, pero Bevilacqua sí ha trabajado para el CNI. Hasta 2008, ha dicho el ministro Pedro Morenés. En los últimos días ha declarado ante el juez y el fiscal, y ha asegurado que trabajaba para el abogado de Urdangarin.

A Bevilacqua le hicieron este peculiar encargo justo después de que Diego Torres amenazase con hacer explotar sus bombas atómicas en forma de mails.

Unos 30.000 que guardaba en un pendrive localizado por la policía cuando le detuvo en la operación 'Pitiusa'. La red de tráfico de datos protegidos se desmanteló hace un año, aunque sólo hace unas semanas que se conocen los datos de Bevilacqua sobre Nóos.