Pedro Sánchez mostró este miércoles su "determinación" a impulsar el proyecto de interconexión energética de España con la UE a través de los Pirineos, pero advirtió de que si Francia se opone, esa interconexión será por Italia.
En la rueda de prensa que ofreció en Bogotá junto al presidente de Colombia, Gustavo Petro, Sánchez recordó que desde que llegó a la Presidencia del Gobierno trasladó al presidente francés, Emmanuel Macron, la necesidad de acelerar las interconexiones. "Le vine a decir, si me permiten la broma, que cuando él y yo llevábamos pantalones cortos, Mitterrand y Felipe González ya hablaban de esas interconexiones", comentó.
Desde entonces recordó que "poco o nada se ha hecho" y eso es lo que dijo que ha llevado a España y Portugal a ser una isla energética. No obstante, recordó que la Comisión Europea presentó hace unos meses su proyecto de futuro energético en el que se fijan las inversiones energéticas prioritarias y, entre ellas, está la interconexión pirenaica entre España y Francia.
Sánchez recalcó que España quiere que se financie con dinero europeo y que la Comisión está dispuesta a ello, y agradeció el interés del canciller alemán, Olaf Scholz, para impulsar ese proyecto pese a los recelos de Francia.
Este asunto estaría presente en el viaje a Alemania que proyecta Sánchez para el próximo martes, cuyo formato aún no se ha definido oficialmente y que, a falta de confirmación oficial, permitiría al jefe del Gobierno y al canciller alemán verse en el castillo de Meseberg, a unos 70 kilómetros de la capital alemana.
En todo caso, si no es posible avanzar en ese proyecto "por las dificultades que haya en política doméstica en Francia", resaltó que hay una alternativa que también prevé la Comisión. Una alternativa que pasa por una interconexión entre España e Italia. "Si no sale adelante el plan A, habrá que buscar el plan B, esa interconexión energética entre la Península Ibérica e Italia", reiteró.
El presidente del Gobierno aprovechó para recordar que en España se localiza el 30% de la capacidad de regasificación de toda la Unión Europea, lo que cree que supone una gran capacidad para ofrecer alternativas al gas ruso.