El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha trasladado al líder del PSOE, Pedro Sánchez, que ahora no se dan las condiciones políticas necesarias para reformar la Constitución, tal y como le ha pedido el secretario general de los socialistas, aunque ambos convienen en que la consulta soberanista es ilegal. Rajoy y Sánchez han celebrado su primera reunión en el Palacio de la Moncloa, en una conversación cordial, según las dos partes, que se ha prolongado durante casi tres horas y que ha estado centrada, sobre todo, en la situación económica y el debate catalán.
Sánchez ha prometido a Rajoy un diálogo "leal, sincero y abierto" pero con posiciones "firmes" en lo que defiende el PSOE y una oposición "intensa pero activa y constructiva" tanto en el Parlamento como en la calle. También Rajoy le ha propuesto mantener el tradicional entendimiento en asuntos de Estado como la política antiterrorista, de defensa y exteriores, y se ha comprometido a mantenerle puntualmente informado de todos estos temas. En ese sentido, ha garantizado que el líder del PSOE siempre encontrará en él una actitud "sincera, leal y constructiva".
Pedro Sánchez ha comparecido ante los medios en la sala reservada a las ruedas de prensa de Rajoy y de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, donde ha insistido en la reforma federal de la Constitución como "única" vía para solucionar la renovación de la arquitectura institucional de España. Un asunto que, a su juicio, estaba pendiente hace muchos años y que el "conflicto" catalán ha convertido en "urgente". Haciendo suya la "declaración de Granada", en la que el PSOE y el PSC pactaron la propuesta federal, Sánchez ha reclamado a Rajoy que se constituya ya una ponencia parlamentaria que aborde la reforma constitucional, que luego debería ser votada por todos los españoles.
Sin embargo, fuentes del Ejecutivo han informado de que Rajoy le ha respondido que no ve posible articular en estos momentos una propuesta con un consenso similar al que tuvo la actual Carta Magna y reformarla por asuntos como el futuro de Cataluña. Ambos comparten, no obstante, la idea de que la consulta soberanista anunciada por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, no puede celebrarse porque es ilegal. Confía Sánchez además en que no sea necesario aplicar el artículo 155 de la Constitución ante una hipotética declaración unilateral de independencia de Cataluña, y ha dicho que él cree a Mas cuando dice que actuará siempre dentro de la legalidad. Y pocos asuntos más de coincidencia, según ha desvelado Sánchez.
Rajoy, según las fuentes del Gobierno, le ha pedido la participación activa del PSOE en el debate de las propuestas de regeneración democrática, ante las que el líder socialista se ha mostrado reticente. Si el jefe del Ejecutivo desea hablar sobre la elección directa de alcaldes, Sánchez se ha declarado radicalmente en contra. "Es un 'no' ahora y un 'no' en el futuro", ha asegurado el líder del PSOE, para quien esa reforma es "un error" y no es el camino que se necesita para avanzar en regeneración democrática ni para garantizar la estabilidad y gobernabilidad de muchos ayuntamientos.
Han hablado además de economía y Rajoy le ha invitado a sumarse al acuerdo de competitividad firmado al inicio de la legislatura por los agentes sociales y ha defendido su reforma laboral frente al anuncio de Sánchez de que la derogaría si llegara a la Presidencia del Gobierno. Asimismo, Rajoy, que ha agradecido a Sánchez la posición del PSOE durante el reciente relevo en la jefatura del Estado, le ha informado de las gestiones del Gobierno en Europa y de sus contactos con diversos líderes para conseguir que la nueva Comisión Europea haga del crecimiento económico y el empleo su principal prioridad para los próximos años.
Sánchez, por su parte, ha propuesto que se utilicen los 5.800 millones que el Gobierno prevé que se van a ahorrar por el recorte de las prestaciones por desempleo para dar una ayuda a todos los parados con hijos a su cargo. No han hablado expresamente de ello, pero Sánchez ha hecho hincapié en que los socialistas van a tener una "oposición frontal" en la reforma de la ley del aborto, convencido de que no se puede "cercenar" la libertad de las mujeres ni ofrecer alternativas que "ya eran viejas hace 30 años”.