Pedro Sánchez iniciará una ronda de contactos: "Voy a hablar con todas las fuerzas políticas, desde las fuerzas nacionalistas al PP". Un movimiento que recalca no significa que vaya a ir a una investidura: "No me estoy postulando para liderar una alternativa, que quede claro".
Desde Podemos ven con buenos ojos la decisión aunque ya advierten que va a ser difícil contar con Ciudadanos: "La propia hipótesis de un diálogo a tres son realmente castillos en el aire" ha dicho Echenique. Mientras en Izquierda Unida no entienden qué quiere el PSOE: "No estoy entendiendo nada de lo que sucede" ha asegurado Alberto Garzón.
En clave interna los líderes autonómicos que ya animaban a Sánchez a dar el paso celebran la noticia: "Los partidos que le han dicho no a Rajoy deberían estar dispuestos a decirles sí a alguien" dice Iceta. Y quienes pedían prudencia, lo ven ahora coherente tras la investidura fallida de Rajoy: "¿Pedro Sánchez debe intentar un acuerdo razonable dentro de los límites que nos hemos dado los socialistas? Debe, debe hacerlo sin duda" ha dicho García Page.
Un cambio de estrategia que no todos los líderes socialistas conocían. El extremeño Fernández Vara, partidario de la abstención, ha criticado a los que imponen su criterio: "Antes en el PSOE cuando se discrepaba al discrepante se le intentaba convender pero ahora parece que lo que se le quiere es acallar". Critica que Sánchez vaya a empezar a hablar sin reunir al máximo órgano del partido.