Caminando por tierra y esquivando las ramas llegó el rey Juan Carlos a visitar al presidente humilde, Pepe Mujica, horas después de dejar el cargo. Se pudo apreciar un trato de lo más familiar. La charla fue en el jardín, donde el rey se sentó en un banco forrado con tapones de botellas.
La esposa de Mujica también se unió, recordando que él estuvo preso durante 30 años separado de su mujer, época en la que aprendió a vivir con lo justo. Mujica habla sobre su sencillo modo de vida sin envidiar en absoluto al monarca, al que tuteó siempre.
Las banderas nacionales fueron lo único protocolario de esta reunión que duró casi dos horas. Distendida e informal a más no poder, como todo lo que toca el ya expresidente Mujica.