Sin ceder posiciones, Podemos y PSOE hacen por acercarse. Las bravuconadas de la semana pasada dejan paso a la partida de ajedrez, con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias al tablero.

Con el PP expectante, Podemos lleva días alardeando de tener la sarten por el mango. "Estaremos dispuestos a evitar que gobierne el PP. Eso sí, para llegar a acuerdos con el PSOE tendrán que dar un giro de 180º", afirmaba Pablo Iglesias.

Lo del giro de 180º enerva al núcleo duro del PSOE, como Simancas: "Le pedimos al señor Iglesias que deje de girar él". Y hace revolverse a la vieja guardia, como Corcuera: "Si mi partido gira 180º dejará de ser mi partido".

En esa disyuntiva anda el PSOE, que intenta engatusar a Podemos sin éxito. García-Page afirmaba: "Vamos a hacer un giro de 180º sobre lo que ha hecho Cospedal en cuatro años".

El tactismo maniata el diálogo, y ya hay una voz autorizada que pide a Podemos ceder para no salir también lastimado, Juan Carlos Monedero: "Hay que echar al PP, y eso pasa por votar al PSOE. Al hablar de la casta, no hemos hablado nunca de los votantes del PSOE".

No se sabe quién resultará más dañado si no hay acuerdo, pero sí quién saldría beneficiado: el Partido Popular.