La Operación Púnica ha sacudido como un terremoto a la Diputación de León con la detención de su presidente Marcos Martínez. Según el juez Velasco, la presunta red de corruptos no sólo ofrecía dinero a cambio de contratos públicos. También podía proporcionar apoyo político. En León era vox populi.
El magistrado explica en su auto que Martínez se apoyaba en el empresario valenciano Alejandro de Pedro, también en prisión. Presuntamente, le garantizaba contratos en la estación de esquí de San Isidro. A cambio, el empresario usaría sus influencias en el Partido Popular para que Martínez pudiese seguir con el bastón de mando.
Unas gestiones muy recientes, porque Marcos Martínez lleva sólo cinco meses como presidente de la Diputación. Sustituyó a Isabel Carrasco tras su asesinato, aunque muchos no lo veían suficientemente preparado para el puesto.
Si antes del lunes Martínez no renuncia, sus hasta ahora compañeros de partido ya tienen un plan para desalojarlo de la presidencia. Ante el juez, el todavía presidente de la Diputación se declaró inocente. Su abogado le recomienda que no cese porque sería como admitir su culpabilidad.