Para el Gobierno andaluz, que hayamos desayunado con el escándalo en los periódicos sólo tiene un culpable, el ministro del Interior. Sin embargo, Interior lo desmiente todo categóricamente, aunque a los andaluces no les cuadran las fechas.
En Madrid, mientras la cúpula socialista se unía a la teoría de la filtración, había algún otro dirigente al que no le extrañaba tanto el presunto fraude en los cursos de formación, incluso reclamaba hacer algo.
Con la polémica servida, el PP se ha subido al carro de pedir explicaciones y también por todo lo alto. Y hasta le han pedido que abra una investigación interna, palabras que han servido para recrudecer la guerra dialéctica los socialistas andaluces ya le han pedido la rectificación.
Y entre tanta solicitud, la noticia ha llegado a Bruselas, desde donde, como no, también han pedido explicaciones.