Lubna es la penúltima mujer española que ha conseguido marcharse para unirse a la yihad. Tiene 21 años y ha elegido Siria. Antes de irse era profesora y acababa de comprarse ropa que nada tiene que ver con su última imagen, publicada por el diario 'El Mundo'.
Una vez allí, las funciones son claras para los expertos. "El papel de la mujer queda mucho más relegada a la función de procreación, es decir, la de aportar nuevos muyahidines o nuevos combatientes para la causa".
En total son al menos tres las mujeres españolas que en los últimos meses han pasado a formar parte del Estado Islámico. Dos ceutíes y una malagueña conversa. "Estamos hablando de chicas, a veces muy jóvenes, que puedan ser utilizadas por estas organizaciones terroristas para llevarlas a estos escenarios de conflicto y muchas veces someterlas a situaciones que pueden ser de explotación sexua, "cuenta Ignacio Cosidó, director general de la Policía.
Con 19 años, Fauzia también lo intentó, pero fue interceptada por la Policía cuando estaba a punto de incorporarse a la Guerra Santa. Se ha convertido en todo un fenómeno, los extremistas comienzan a atraer también a mujeres utilizando las redes sociales para acercarse a ellas.
Los principales destinos son Siria e Irak. Y es el barrio de El Príncipe, en Ceuta, el principal semillero de captación. Junto con Melilla son claves para la expansión del Estado Islámico. Según los expertos, solo en Ceuta habría otras ocho mujeres planeando su viaje hacia la yihad.