Sindicatos y Gobierno libran su primera batalla de la legislatura en medio de un clima de malestar entre ambas partes. Su relación lleva encallada desde su última reunión hace casi un mes, cuando los representantes sindicales se plantaron ante la negativa del Gobierno de negociar dos temas intocables: los compromisos con Bruselas y la reforma laboral.
Pepe Álvarez, secretario general de UGT, afirma que "decir que se puede mejorar la calidad del empleo sin tocar la reforma laboral es simple y llanamente pura retórica verbal".
Y aunque la patronal auguraba un futuro acuerdo, los sindicatos ya habían tomado una decisión, y es que para Fernández Toxo, "la voluntad del Gobierno hay que engrasarla con la movilización de la sociedad española".
Y con la relación entre ambos aún candente, PP y PSOE pactaron la subida del salario mínimo interprofesional sólo una semana después, un gesto que enfadó a los sindicatos por no haber sido incluidos en la negociación.
Para templar los ánimos, el Ejecutivo mostró hace unos días su predisposición a acercar posturas en voz de Fátima Báñez, quien explicaba que "el Gobierno está dispuesto a mejorar, y está dispuesto a hacerlo con consenso y diálogo social".
Pero los sindicatos salen a la calle para exigir un diálogo real que garantice más empleos y salarios dignos, una renta mínima para los desempleados y una revisión de la reforma de las pensiones.