El presidente de la Audiencia Provincial de Castellón, Carlos Domínguez, ha renunciado a ser el magistrado que juzgue a Carlos Fabra al considerar que su relación "afable, cordial y cortés" podría hacer dudar a los ciudadanos de la imparcialidad y objetividad del proceso.
Domínguez explica en su escrito de renuncia que entre las garantías fundamentales en un juicio se encuentra la del derecho a un juez imparcial. Esta garantía, argumentaba el magistrado, "no está únicamente concebida en favor de las partes procesales, sino fundamentalmente a favor del interés público", por lo que deben tenerse en cuenta los casos en los que pudiera haber "sospecha razonada de parcialidad".
Domínguez exponía que "no es la vertiente objetiva" la que motiva su abstención, ya que, en su condición de presidente de la Audiencia no tuvo relación directa con el caso en su fase de instrucción, sino que es la vertiente "subjetiva" la que motiva su decisión.
Ha insistido en que "nunca ha tenido una amistad íntima" con Carlos Fabra, y no ha estado nunca en su domicilio ni el ex presidente de la Diputación en el suyo, aunque reconoce que durante los nueve años que han ejercido sus respectivas responsabilidades, como presidente de la Audiencia y como presidente de la Diputación, han coincidido "en numerosos actos oficiales y sociales".
Este trato "frecuente", añade, dio lugar a una "relación afable, cordial y cortés. La visibilidad de esa relación ha favorecido que haya sido exagerada por algunos medios de comunicación hasta el punto que me han atribuido una relación de amistad notablemente superior a la existente".
Este hecho motivó, en opinión de Domínguez, que en el transcurso de la instrucción de la causa, y en concreto en las resoluciones que resolvieron la Sección Primera y la Sección Segunda, que luego fueron revocadas por el Tribunal Supremo, "a pesar de no haber formado parte de ninguna de ellas", se le llegara a denominar por el "portavoz político de una formación política de ámbito regional", como "el protector de Carlos Fabra".
Este hecho, "ha podido crear la duda de que mi presencia en el tribunal de enjuiciamiento podría interferir en la causa", ha explicado.
Asegura que no existe en su ánimo "prevención alguna que pudiera influir" en su imparcialidad, pero "ese trato cordial efectivamente existe" y esto podría hacer que los ciudadanos dudaran de su "imparcialidad" si participara en el proceso.
La Sección Primera ha aceptado la abstención de Carlos Domínguez al entender que la relación que mantienen ambos podría provocar que los ciudadanos pudiesen "dudar de que su participación en el juicio oral no sería objetiva e imparcial".