Son los primeros manifestantes que se sientan en el banquillo por protestar frente a la casa de un político, en este caso, frente a la vivienda de la Consejera de Educación de Aragón.

Con una escultura creada a base de tuppers, estudiantes y monitores denunciaron en enero los recortes en las becas de comedor. Una protesta artística que no sentó nada bien a la consejera Dolores Serrat, que no tardó en denunciar a cinco de los manifestantes por un presunto delito de coacciones. "Simplemente estábamos reivindicando la Educación pública y dando apoyo a las monitoras del comedor", explica un estudiante.

Hoy tenía que haberse celebrado el juicio, pero la consejera no se ha presentado. Los cinco imputados han quedado absueltos. "Todo este año para que al final la consejera haga lo que hace siempre, pegarse una espantada y dejarnos a todos sin posibilidad de decirle a la cara lo que pensamos de ella y de su gestión", cuenta Carlos Migliaccio, manifestante absuelto.

El abogado de Dolores Serrat no ha sido nada claro a la hora de explicar a los medios las razones de la ausencia de su cliente. "Una vez formulaba la denuncia, no hubo ninguna actuación procesal por parte de la denunciante, porque indudablemente entendíamos que el ejercicio de su derecho se había formulado ya en su momento".

Quizá tenga algo que ver el fallo que la Audiencia de Zaragoza emitió hace un mes asegurando que el escrache no fue delito. El juez, en su auto, también reconoció que durante la protesta no hubo violencia de ningún tipo. "No se ha determinado que durante el acto existiesen expresiones de violencia física o verbal".

Parece que la consejera ha preferido una retirada a tiempo.