Lucía quería tener a su bebé pero sufría una patología fetal, el síndrome de Turner, por ello decició interrumpir su embarazo. "La que iba a tener el niño era yo y no acepto que ningún político o médico decida por mi", ha declarado a lo que ha añadido: "Si me vuelvo a quedar embarazada y tiene la patología, volvería a hacerlo".

Alba tenía 17 años cuando decidió abortar. No se atrevió a decírselo a su familia. "Ellos son muy religiosos, estaban en contra y con mi madre no tengo una buena relación".  Virginia tomó la decisión de no seguir con su embarazo por decisión propia: "Tener la oportunidad de abortar es pensar en uno mismo", ha asegurado.

Estos tres casos representan a los de miles de mujeres que no podrán abortar cuando se apruebe la nueva ley de interrupción del embarazo impulsada por el ministro Gallardón. "Hoy hay 118.000 mujeres que interrumpen su embarazo voluntariamente y que lo tienen muy claro", ha señalado Francisca García Gallego, presidenta de ACAI.

Ayer mismo el ministro anunciaba que presentará la reforma en los próximos días. Por otro parte, la oposición considera que con esta ley el Gobierno recorta los derechos de las mujeres. "Es una táctica de Gallardón eleigr esa fecha. Vamos a actuar frontalmente", ha comentado Elena Valenciano.

Gallardón concretó en los pasillos del Congreso que aprobará la ley antes de que termine el año.