El nuevo presidente electo catalán, Carles Puigdemont, ha oficializado su renuncia a la alcaldía de Girona, que ha sido aprobada por el pleno del consistorio en una sesión extraordinaria y urgente, en la que ha reivindicado el municipalismo como "la verdadera escuela de la política".
Puigdemont ha asegurado que, sin su paso por el ayuntamiento, nunca habría aceptado su nueva responsabilidad y ha destacado la importancia de haber gobernado siempre en minoría. "Esto ha sido una experiencia potente que me ha enseñado a rectificar cuando ha hecho falta", ha señalado Puigdemont
Tras la renuncia de Puigdemont a la alcaldía de Girona, empieza un plazo de 10 días hábiles para que el equipo de gobierno --10 concejales de CiU, con un acuerdo de gobierno con ERC-- designe al sucesor, que deberá ser presentado antes del viernes 22 de enero.
Entre los mejor posicionados están la propia Muradás; la segunda teniente de alcalde y concejal de Urbanismo y Actividades, Marta Madrenas, y el concejal de Sostenibilidad, Carles Ribas, según han explicado fuentes conocedoras.
Una vez Puigdemont renuncie a su acta de concejal, se incorporará como nuevo edil el que fue número 11 de su lista en las elecciones municipales, Vicenç Estanyol, que es director de los servicios territoriales de la Conselleria de Agricultura en Girona.
Puigdemont es alcalde de Girona desde 2011, pero fue en 2007 cuando se hizo cargo del liderazgo municipal de CiU en Girona, donde fue reelegido en 2014.
En su discurso de investidura, hizo especial mención a la ciudad gerundense y reconoció que deja la alcaldía con pesadumbre pero convencido de que es el paso que toca, "ya que no es época de cobardías, temblores ni flojeras, sino de asumir responsabilidades por Catalunya aunque fueran inimaginables".
Puigdemont no ha olvidado en sus declaraciones a Artur Mas, cuya renuncia ha calificado de "dolorosa" e "injusta". También ha dicho que, tras ese "sacrificio" del expresidente, era imposible rechazar la propuesta para que asumiese el relevo.