En la declaración íntegra de Pujol ante la juez que investiga el origen de su fortuna, a la que ha tenido acceso Efe, el expresidente catalán sostiene que desconocía el origen de los fondos que supuestamente su padre legó a sus hijos, su evolución y las circunstancias de la regularización, por su voluntad "radical" de permanecer al margen del asunto.

El expresidente catalán reitera esa tesis en varias ocasiones durante su declaración ante la juez, que ayer le sometió a un incisivo interrogatorio, instándole en algún momento a que no se saliera por la tangente. La declaración, en la que Pujol confiesa estar "acatarrado y oxidado" y en la que tuvieron que repetirse algunas preguntas porque se había dejado los audífonos con que mitiga su sordera, rozó algunos momentos de tensión cuando interrogaba el fiscal Anticorrupción Alejandro Luzón, que le reprochó su falta de concreción y su "irresponsabilidad" por no preocuparse de la evolución de la fortuna oculta.

En la primera parte del interrogatorio, en el que habla en catalán y asistido por un intérprete de castellano, el expresidente explica que se tardó más de dos décadas en regularizar los fondos ocultos, tras el fallecimiento de su padre, por "miedo" a dañar su figura pública.

El expresidente de la Generalitat precisa que los fondos ocultos obedecían a un legado de su padre, lo que en catalán llama una "deixa" -y no una herencia, corrige él mismo a su intérprete cuando utiliza ese término. "Podríamos decir que era un rinconcito en términos populares, o una hucha, pero la hucha no sería para hacer dinero, a no ser que un día se rompiera".

El fundador de CDC recalca en su declaración que el dinero legado por su padre no procedía "ni de la corrupción ni de operaciones de blanqueo de capitales" y detalla que hasta 1993 los fondos fueron gestionados por el amigo de su padre Delfí Mateu, fallecido en 1993.

La magistrada interrogó a Pujol también por la investigación por blanqueo de capitales que, según supo a través de un oficio de la Interpol, había abierto un juez de Liechtenstein, a lo que el expresidente responde, en una frase que repite hasta en tres ocasiones: "No he tenido ni tengo cuentas en el extranjero", "le digo una cosa con toda rotundidad y bien breve, no tengo ninguna cuenta en Liechtenstein".

Tras el interrogatorio de la juez, es el fiscal Alejandro Luzón quien dirige la declaración del expresidente catalán, con preguntas en las que le pide que aclare si sabía dónde estaban los fondos cuando su padre los legó y detalles acerca de la forma en que los gestionaron sus sucesivos administradores: Delfí Mateu, su primo Joaquim Pujol y después su hijo primogénito, Jordi.

La poca concreción de las respuestas de Pujol suscita la queja del fiscal: "Bien, no ha contestado mi pregunta", a lo que responde Pujol: "Ya se lo he dicho desde el principio. Siempre he dicho que yo no sabía porque no quería saber porque siempre me dio miedo el tema".