En Vox han empezado una cruzada contra la bandera LGTBI. "Decimos no a un trapo arcoíris", gritaba en un mitin esta semana el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo (Vox). La extrema derecha no quiere ver ninguna bandera arcoíris colgando en las instituciones. "Solo tienen que estar las banderas que representan a todos", defendía Santiago Abascal, el líder de los ultras.
Pero los expertos consultados refutan esa visión. Defienden que la bandera arcoíris sí es una bandera de todos porque representa valores constitucionales. "Derechos constitucionales que nos afectan a todos como la igualdad y la no discriminación", relata Isaac Guijarro, experto en Derecho Civil. Además, añade: "Son principios que las instituciones tienen que promover, por lo tanto están legitimados para sacar esas banderas."
Desde Vox también suelen justificar la retirada de las banderas o la prohibición de colgarlas en una sentencia del Tribunal Supremo. Un pronunciamiento que no avaló que se colocara en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife una bandera 'independentista' canaria. Pero los expertos advierten de que esa sentencia no es aplicable al caso de la arcoíris. "No es una bandera política ni partidista, sino que recoge valores constitucionales al amparo del artículo 9 de la Constitución, por lo que esa sentencia no es aplicable", cuenta el magistrado Joaquim Bosch.
Además, en esa sentencia, el Supremo solo se limita a rechazar la posibilidad de que haya banderas que sustituyan a las oficiales. Nada dice de lo que vienen haciendo los ayuntamientos habitualmente como poner en la fachada escudos de equipos de fútbol, estandartes religiosos o pancartas rechazando la violencia de género.