Ingobernable, así dejaría el Congreso la aplicación simulada del resultado de las elecciones europeas. El voto de castigo dejaría un bipartidismo al borde del precipicio sin capacidad de gobernar.
Rajoy dispondría de una minoría insuficiente con 137 diputados y Rubalcaba se desmoronaría hasta los 107. Buenos resultados para Izquierda Unida que llegaría a los 24. Y la gran triunfadora sería Podemos con 19 diputados.
El resto de formaciones sumarían 63 escaños y dejarían una Cámara Baja muy fragmentada. El único gobierno estable sería el una inédita coalición PP-PSOE.
Aunque descartada rotundamente por Valenciano, el PP no lo ha rechazado durante la campaña e incluso ha dejado la puerta abierta.
Los votos de las europeas dejarían un Congreso sin mayorías claras y con posibles alianzas de dificílisima arquitectura. La derecha, muy castigada, sumaría apenas 136 votos con los escaños de PP y Vox.
A pesar del nefasto resultado, la izquierda sería la fuerza más votada con 152 escaños con los votos de PSOE, IU, Compromís y gracias a la gran sorpresa Podemos
El retroceso del nacionalismo sería muy importante. Pasaría de ser la tercera fuerza política en el Congreso a ser la séptima por número de votos, 44. Además los dos partidos nacionalistas más radicales ERC y Bildu, superarían a los dos más moderados, CiU y PNV.
Los partidos bisagra sumarían un excelente 16. UPyD, Ciudadanos y Coalición Canaria tendrían que definirse y pactar con centro izquierda o derecha.