Cada año, el 11 de septiembre las calles de las principales ciudades y localidades catalanas se tiñen de amarillo y rojo para celebrar uno de sus días festivos marcados en el calendario laboral. El Día Oficial de Cataluña, que se celebra cada año este día, es más conocido como Diada y en esta jornada se convocan numerosas marchas, concentraciones y manifestaciones para celebrar la jornada. Pero muchos desconocedores de la lengua catalana no saben por qué a este día se le conoce así, como Diada. Lo cierto es que una 'diada' es mucho más que lo que tiene lugar cada año un día como este.
El diccionario catalán define una "diada" de tres maneras. En su primera acepción, la define como un "día señalado, en el que se celebra una fiesta popular o solemne, de carácter religioso, deportivo o cívico"; pero también incluye otras dos definiciones: la "diada" puede hacer referencia al tiempo (meteorológico) que hace —"Avui ha fet una diada molt calorosa", es decir, "hoy ha hecho un día muy caluroso"— o un día concreto "en relación con una actividad humana" —"Dijous tenim la diada de regar", o sea, "el jueves es el día de regar"—. Pero el 11 de septiembre, la 'diada' es la primera que prevé el diccionario.
La Diada en Cataluña es precisamente el recuerdo de la caída de Barcelona ante las tropas borbónicas, en el final de la Guerra de Sucesión del 1714. Para entender exactamente el contexto histórico, hay que acudir al año 1700, concretamente a la muerte sin descendencia del rey Carlos II. Esto hizo que el trono pasara a manos de Felipe V, hijo de su hermana María Teresa de Austria. Según el Instituto Cervantes, Felipe V juró como rey de España ante las Cortes Castellanas en 1701, acabando así con el reinado de los Austrias en España y siendo el primer Borbón en el trono. Esta decisión no gustó a todos por igual, dando inicio a la Guerra de Sucesión española.
El final de la Guerra de Sucesión se fijó con el Tratado de Utrecht en 1713. Sin embargo, en Barcelona el conflicto no finalizó hasta el Tratado de Baden, sellado el 7 de septiembre de 1714, pasando antes por el tratado de Rastatt seis meses antes. Tan solo unos días después cayó Barcelona, último territorio de la resistencia frente a Felipe V.
El 11 de septiembre Cataluña recuerda la derrota y la lucha de aquellos días, homenajeando a las víctimas de la Guerra de Sucesión.