La fuga de las empresas catalanas siempre la ha negado el independentismo catalán: "Los dos, tanto CaixaBank como Sabadell, ¿usted cree que se irán?", "claro que no se marcharán, se quedarán" defendía Artur Mas en 2015.
Y ahora, cuando se hace realidad, aseguran que no es culpa de la independencia, sino de las porras del domingo: "Parece que es ante una situación que comenzó con las cargas policiales durísimas ordenadas por el Gobierno. El Gobierno español pone permanentemente dificultades" asegura Oriol Junqueras.
Y, ¿qué supone el cambio de sede? Los bancos seguirán contando con el dinero del Banco Central al estar en un país europeo y las empresas esquivan cambios normativos y que su financiación se encarezca.
¿Cambiará el pago de impuestos? El más importante, el de sociedades, no se modifica al ser estatal. Si lo harán los tributos autonómicos y locales, que se abonarán en la nueva localización. Carlos Segovia, corresponsal económico de El Mundo, explica que Cataluña dejará de ingresar los importantísimos impuestos que pagan los dos primeros bancos".
Y la plantilla, ¿notará el cambio? Las oficinas por ahora se mantendrán por lo que, según los expertos, no deben temer, igual que los clientes: "Ahora mismo después de trasladar sus domicilios es un miedo muy injustificado" defiende Juan Ramón Rallo.
¿Y un boicot a estos bancos como promueve la CUP? Los expertos no lo contemplan porque la financiación a corto plazo de la Generalitat depende de esas entidades.