Esta vez Mariano Rajoy no ha huído. Una docena de micrófonos frente a él, todos esperando su valoración tras el escándalo de Rodrigo Rato.  El presidente no se ha andado por las ramas y le ha nombrado nada más empezar.

Marcando distancias, el asunto es de Rato, aunque el presidente después ha reconocido lo que es obvio. "Rato ha sido, como ustedes saben, durante muchos años, un importante activo de nuestro partido", ha confesado Rajoy.

Rajoy ha lamentado todo lo que se está conociendo sobre las investigaciones recientes sobre quien fuera su excompañero de partido y de Gobierno en el ejecutivo de Aznar. "Como a cualquier español, no nos gusta que se produzcan este tipo de acontecimientos que ojalá jamás se vuelvan a producir en el futuro", afirma el presidente.

Además, ha desligado las presuntas actuaciones ilegales de Rodrigo Rato, de la amnistía fiscal que su gobierno puso en marcha en 2012. "Insisto, no tiene absolutamente nada que ver, sino que esto deriva de actuaciones normales de la agencia estatal tributaria", explica Rajoy.

Y recuerda cuál es el papel del ejecutivo: "El objetivo del Gobierno lo que va a hacer es garantizar la independencia, como ha hecho siempre, de la agencia estatal, de la fiscalía y de la justicia". Para Rajoy, todo lo que se está conociendo demuestra algo y es, según él, que "todo los españoles somos iguales ante la ley".

Después de lanzar su mensaje, los periodistas le han preguntado si se sentía defraudado por Rodrigo Rato. "Yo no voy a entrar en detalles", ha afirmado. Y sobre si dará alguna explicación en el Congreso, ha dicho "muchas gracias", la despedida como respuesta.