Desde la distancia, Rajoy mantiene su silencio sobre Rita Barberá, él calla y la vicepresidenta en funciones se resiste a exigirle a la senadora que dé un paso más: "La titularidad del escaño no corresponde a los partidos políticos". El asunto sigue generando división en el PP. Margallo defiende a su amiga Rita, que, dice, está muy dolida: "Abandonar el PP supone un desgarro sentimental muy profundo, ella considera que no ha habido un trato cariñoso por algunos militantes".
Entre los que le piden el acta, Borja Sémper, que además cree que, aunque Rajoy se lave las manos públicamente, comparte su opinión: "Si el PP está teniendo la actitud que está teniendo con Barberá de constancia y exigencia es porque Rajoy quiere que se sea contundente y exigente. No me cabe la menor duda de que Rajoy está en esta exigencia". También se suma a los reproches Xavier García Albiol: "Me parece que Rita se está equivocando aferrándose al escaño del Senado".
Y en el grupo de los piadosos con Barberá encontramos a un socialista, el expresidente de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez, ablandado tras el asunto de Chaves y Griñán: "Me parece que estamos convirtiéndonos en un pueblo justiciero. No tengo ninguna simpatía por Barberá pero me parece que no estamos respetando el estado de derecho". Como senadora del PP ganaba 4.600 euros mensuales, ahora cobrará casi 7.000.