El acuerdo no convence a casi ninguna organización humanitaria pero en España, su presidente en funciones Mariano Rajoy, saca pecho y dice que ha velado personalmente por que se respeten las legislaciones internacionales y europeas, sobre todo en materia de asilo.

No habrá devoluciones colectivas, el tratamiento será individualizado y se respetarán los criterios de vulnerabilidad. "A petición de España se ha incorporado en el apartado segundo que se haga teniendo en cuenta los criterios de vulnerabilidad de naciones", ha señalado Rajoy.

Una satisfacción por el acuerdo no compartida entre las filas de Podemos. "He escuchado una expresión que lo califica muy bien, cambiar dinero por vidas humanas", ha dicho Pablo Iglesias, líder de Podemos.

Por eso las ONG se quejan, dicen que este documento una vez más pone todo el acento en mantener a las personas fuera de Europa y devolverlas a Turquía con un argumento ahora mismo falso. "Turquía ha demostrado ya muchas veces que no es seguro y va a hacer muy difícil que puedan ejercer el derecho de asilo de una forma justa", ha dicho Eva Suárez, directora adjunta de Amnistía Internacional.

Primero tendría que cambiar su legislación en materia de asilo, pero el plazo es demasiado corto. El acuerdo entra en vigor este domingo y a partir de entonces todo migrante que llegue de Turquía a las islas griegas será devuelto al país turco.

Unas devoluciones que podrían iniciarse a principios de abril aunque hasta ACNUR duda que puedan cumplirse estos plazos tras el fracaso en el proceso de reubicación.

El uno por uno también se mantiene, por cada sirio devuelto a Turquía, la Unión Europea se compromete a aceptar por vías legales a otro sirio desde este país. "Cuando creas un tapón en un lugar, la gente busca nuevas salidas, más peligrosas de la que ya existe", explica Amaya Esparza, directora de comunicación de Médicos sin Fronteras.

En Idomeni, la falta de información y las diferencias entre nacionalidades, de momento solo han conseguido tensar aún más la cuerda.