Un ejército de coronadetectives está ya en marcha en medio mundo. Lo forman desde aplicaciones hasta cadetes del ejército o médicos jubilados. Se trata de personas que se dedican a analizar cada paciente positivo y a todas las personas que haya podido contagiar.
En nuestro país ya existen. Se dedican, como ha explicado Alberto Lafuente, director del Área de Salud de La Rioja, a "hacer un análisis cada vez que se detecta un caso de los contactos estrechos de ese caso".
Comprobar cuáles son los contactos que ha tenido un paciente positivo o saber por donde se ha movido, son algunas de las funciones de estos rastreadores, que tienen el objetivo de frenar los contagios.
Y es que el rastreo vuelve a ser esencial, como ya fue en una primera etapa de la pandemia porque el seguimiento a los pacientes positivos detecta cadenas de transmisión y las detiene en plena desescalada.
Andalucía es una de las primeras comunidades que puso en marcha este servicio. Allí, más de 400 personas monitorizan las cifras diarias y vigilan de forma exhaustiva todos los casos. En los meses de febrero y marzo estos rastreadores del virus realizaron más de 30.000 registros en esta comunidad, doblando su actividad media anual.
En La Rioja será la semana cuando se ponga en marcha. Cantabria también contará con casí medio centenar de profesionales que trataran de averiguar dónde se pudo contagiar cada persona. Todo para frenar a un virus que, de momento, no para.