Tras un año de intensas movilizaciones, la reforma que ahora propone el Partido Popular es concreta y dista mucho de que aquella por la que peleó Gallardón y por la que decidió dimitir. Consiste en exigir que las menores de 18 años cuenten con el consentiemiento paterno para abortar.

Para los populares, se trata de una medida por el bienestar de las menores, ya que Alfonso Alonso afirmó que querían que padres y madres pudieran apoyar al menor en un proceso tan delicado, y también una forma de cumplir con sus votantes, porque según dice Hernando, "se trata de cumplir con una parte muy importante de nuestro programa".

Sin embargo, la propuesta ha unido a proabortistas y detractores en el descontento. Por un lado, el de quienes ven en esta reforma un atentado contra la libertad de las menores, algunas en situación de riesgo. Pero también indigna a quienes esta reforma les sabe a poco.

Para la oposición se trata de una medida para arañar votos entre quienes se quedaron muy indignados tras el naufragio de proyecto Gallardón. Una forma de ganarse a los electores que añoran el rechazo que mostró siempre el exministro con las soluciones intermedias.

Los populares recuerdan que las menores que tengan conflicto podrán recurrir a la tutela judicial. Mientras, la oposición insiste en que sólo un 13 % de los abortos de menores se practican sin consentimiento y que lejos de ser una necesidad social, cambiar la ley actual es para los populares un cartucho más en su arsenal de campaña.