El exjugador del Futbol Club Barcelona (FCB) Dani Alves, investigado como presunto autor de una agresión sexual, será trasladado a un módulo residencial de la cárcel tras pasar su primer fin de semana en el departamento de ingresos de Brians 1.
La jueza decidió enviarle a prisión preventiva y sin fianza al considerar que hay un elevado riesgo de fuga, ya que Dani Alves no reside en España. Además, considera que en su declaración ha incurrido en contradicciones en función con el resultado de la investigación llevada a cabo por los Mossos.
Otro de los motivos es la consistencia de la declaración de la víctima, a la que ha accedido laSexta. Los hechos sucedieron la noche del 30 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona. Allí la víctima y sus amigas fueron invitadas a un reservado por un grupo de mexicanos.
"Me cogió la mano y la puso en su pene"
Fue allí cuando Alves coqueteó con las jóvenes y se puso detrás de la víctima para susurrarle cosas. "Se me puso detrás y empezó a decirme cosas, puede que en portugués porque no entendía nada. Me estaba dando asco", dijo la víctima a los Mossos.
La joven asegura que el futbolista cogió su mano con violencia para llevarla a su entrepierna: "Desde atrás me cogió la mano y la puso como en su pene y la quité. Lo hizo dos veces, la segunda con mucha fuerza y la volví a retirar".
Así, Alves se habría colocado junto a una puerta haciéndole gestos para que la chica se acercara. "Yo no sabía qué había detrás de esa puerta, pensé que habría otra zona VIP", dijo a los policías.
"Quería que le dijera que yo era su putita"
"Lo que vi al entrar era un lavabo minúsculo, con un váter y un lavamanos. Cerró la puerta. Le dije que me quería ir y él me contestó que no me podía ir de allí. Bajó la taza del váter y se sentó. Tiró de mi con fuerza, acercándome hacia él. En todo momento le dije que parase y que me tenía que ir. Él solo me decía que no me podía ir y que le tenía que decir que yo era su putita", relató la joven.
En ese momento se sentó en la taza del váter y derribó a la joven en el suelo mientras ella le pidió en varias ocasiones que la dejara marchar: "Insistí en que parase y en que me tenía que ir, pero me subió el vestido y me hizo sentarme encima de él. Me cogió por la parte de atrás de la cabeza, no sé si también del pelo, y me tiró al suelo, me hice daño en la rodilla".
"Me pegó bofetadas, sentí que me ahogaba"
"Me bajó la cabeza hacia su pene como para hacerle una felación. Me resistí pero él era mucho más fuerte que yo. En ese momento me empezó a pegar bofetadas, estuvo un rato pegándome en la cara. Sentí me que me ahogaba, no porque estuviera apretando, sino por la angustia que estaba sintiendo. No llegué a hacerle la felación. Me levantó él mismo y se giró", dijo a la policía catalana.
En ese momento fue cuando la violó con gran violencia: "Me puso de espaldas contra el lavamanos con el vestido levantado y empezó a rozar su pene contra mi cuerpo. Me puso contra el váter y me penetró de manera violenta. Sé que terminó porque se relajó, creí notar que se corría dentro".
Tras la agresión, aseguró la víctima "el se apartó y empezó a vestirse": "Así que me levanté yo también y me giré para abrir la puerta pero me dijo 'tu no te vas a ir, salgo yo primero'". "Una vez que él salió, no sé cuanto tardé en poder salir porque de los propios nervios no podía abrir la puerta. Al salir ya no había nadie, solo estaba mi prima, mi amiga había ido al baño", dijo.
Ester García, abogada de la víctima, asegura que sufre secuelas psicológicas y está siguiendo un tratamiento. Su primera testificación fue tres días después de la violación; la joven volvió a relatar los hechos el viernes pasado con la misma solidez que el primer día e insistió en que sigue sintiendo el mismo "asco" que aquella noche.
La familia de Alves ha buscado un nuevo abogado para que lleve la defensa del futbolista, un nuevo letrado que probablemente pedirá que el detenido vuelva a declarar para aclarar lo sucedido.