A las siete de la mañana el hércules medicalizado partía con destino a Sierra Leona para traer a España al segundo español infectado por ébola. Tras la reunión entre Sanidad, Defensa, Exteriores y los representantes de la Comunidad de Madrid, se activaba el plan de repatriación.
El avión militar llegaba a la base de Torrejón procedente de la unidad 31 de Zaragoza sobre las 11 de la noche. Ya en Madrid, se procedía a su acondicionamiento siguiendo los protocolos establecidos por la Organización Mundial de la Salud para evitar cualquier tipo de contagio.
A diferencia del airbus A310 que repatrió al padre Pajares, el primer infectado por ébola repatriado a España, el hércules es un avión de transporte militar, lo que ha permitido que se procediese mucho más rápido a equiparlo para proteger al personal y mantener el tratamiento al paciente.
El avión aterrizaba en Sierra Leona a las cuatro menos diez, momento en el que el médico infectado, de 69 años, abandonaba el hospital de pacientes de ébola en la capital, para poner rumbo de nuevo a España.
Dos médicos, dos enfermeros y dos auxiliares enfermeros acompañan al misionero infectado en su vuelo de repatriación. Una vez en Madrid, será el Hospital Carlos III el que se encargue de su tratamiento. El mismo hospital en el que el 7 de agosto fue ingresado el padre Pajares y donde permaneció hasta su muerte, cinco días después.
En principio el estado de García Viejo, es menos crítico que el del Pajares, aunque los médicos desconocen su historia clínica, y no saben aún si el suero experimental que llega hoy al Carlos III, podrá curar al padre Manuel.