Activistas de Greenpeace han exhibido, en la puerta del Museo Nacional del Prado, una adaptación del cuadro de Velázquez 'La rendición de Breda' o 'Las lanzas', para denunciar la claudicación del Gobierno a los intereses económicos del sector eléctrico.
Los ecologistas han desarrollado esta acción con motivo de la celebración, en el salón de actos de la pinacoteca, de la II Conferencia Internacional sobre Seguridad Nuclear a la que asisten representantes de los organismos reguladores de todo el mundo, según un comunicado remitido por la organización.
Miembros de Greenpeace han recibido a los participantes en la conferencia con la adaptación de la pintura de Velázquez, rebautizada como 'La rendición de Garoña', en la que se podía ver al presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, entregando las llaves de la seguridad nuclear al presidente de Iberdrola, Juan Ignacio Galán. Raquel Montón, responsable de la campaña nuclear de Greenpeace, ha manifestado que la actual dirección del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y del Gobierno en funciones "no tienen inconveniente en cambiar los principios básicos de la seguridad nuclear si así lo quieren los dueños de las nucleares".
A su juicio, la adaptación del cuadro refleja la "triste realidad" del sector energético español, especialmente del nuclear, en el que el presidente del CSN, Fernando Martí, ignora las buenas prácticas de la institución que preside y rehúsa rendir cuentas ante el Parlamento, y todo por Garoña".
En el cuadro se puede reconocer a responsables políticos que, en opinión de Greenpeace, han dado la espalda al medio ambiente y quieren ceder las llaves de la seguridad nuclear a la industria energética.
La II Conferencia Internacional sobre Seguridad Nuclear, organizada por CSN en cooperación con la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos pretende "mejorar la creación de capacidades para la seguridad nuclear en todo el mundo y apoyar la puesta en marcha de buenas prácticas en este campo".
En este sentido, Greenpeace recuerda que la renovación de la licencia de Garoña por un periodo de 17 años, tal y como han solicitado Endesa e Iberdrola, incumpliría la buenas prácticas del CSN al desacompasar las revisiones periódicas de seguridad que se hacen cada 10 años, y las renovaciones de licencia.