Retrasos en hora punta y accesos cerrados, pero sin graves incidentes. "Venimos con diez minutos de retraso", cuenta una pasajera en la estación de Barcelona Sants. "La salida de Metro está cerrada y tengo que irme hasta la parada de la calle Numancia", explica otra. La huelga no ha impedido seguir con el día día. Entre los motivos para no secundarla está la necesidad económica.
"Se nota mucho en el tema de las ventas", cuenta un kioskero. "Nosotros no hacemos huelga a no ser que nos obliguen a cerrar", dice un camarero. No obstante, la huelga sí se ha notado en los colegios y en el turismo en una ciudad donde no han podido circular los autobuses turísticos. "No sé por qué es la huelga. Quizás es buena para Barcelona, pero no para el turismo", dice entre risas una turista.
Algunas tiendas del centro de Barcelona han tenido que cerrar, bien por convicción o por obligación. "Nos lanzaron varios huevos al cristal", cuenta un dependiente de la tienda del F.C. Barcelona. Los piquetes de CDR han conseguido que se eche el cierre en uno de los Mercadona de Girona. La jornada ha estado repleta de pintadas y momentos tensos en muchos negocios que se han tenido que rendir a cerrar ante la presión de los manifestantes.
A las siete de la tarde, en la manifestación comienzan a encenderse las linternas a lo largo del Paseo de Gracia en Barcelona. Por allí han transcurrido pacíficamente miles de personas en el acto central de la huelga convocada en Cataluña por el juicio del 'procés'.
"Nos manifestamos nuevamente ante los constantes recortes de derechos civiles, políticos y sociales por parte del Estado español", ha afirmado David Fernández, simpatizante de la CUP. El independentismo había llamado a salir a la calle febrero para, en palabras de Marcel Mauri, portavoz de Òmnium Cultural, demostrar que "la ciudadanía de Cataluña está al lado de los presos políticos".
Entre la multitud ha habido cánticos, banderas y pancartas para denunciar, según ellos, que el juicio del Tribunal Supremo es una farsa. La Generalitat ha respaldado esta huelga en Cataluña, algo que ha criticado el Gobierno de Pedro Sánchez.
"Resulta llamativo. Para la Generalitat y no paran los trabajadores del sector privado", ha apuntado Meritxell Batet, ministra de Política Territorial. Las manifestaciones también se han repetido en Girona, con un largo recorrido por sus calles, al igual que en Tarragona, en una jornada de huelga reprobada por los partidos no soberanistas.