Con 39 años de reinado el valor más preciado del aún Jefe de Estado es su extensísima red de contactos: es uno de los hombres con la mejor agenda del mundo. Puede descolgar el teléfono y hablar con cualquier mandatario de cualquier rincón del mundo. Fidel, Clinton, Arafat, Mandela... la lista es interminable.

Ha levantado aplausos en decenas de parlamentos mundiales como en el Congreso de Estados Unidos, aunque también se ha relacionado con otros importantes mandatarios, algunos de ellos, dirigentes de oscuros regímenes como el Sirio.

Su labor como embajador de las empresas españoles es innegable. "Las actuaciones del rey con otros jefes de Estados son excelentes para defender a España", afirma el empresario Villar Mir.

Pocos discuten que el AVE del desierto, el contrato del siglo por más de 6.000 millones de euros, no se habría conseguido para España sin la mediación real. No sólo ha abierto paso a las empresas españolas , también ha mediado para liberar a compatriotas secuestrados, por ejemplo, en el continente africano.

Especial ha sido su relación con los monarcas saudíes, pero también con Latinoamérica. Ha estado en todas las cumbres iberoamericanas, 23, excepto en la última donde quiso mandar un mensaje grabado que ahora sabemos, fue su despedida.