El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha valorado este lunes por primera vez el anuncio de fusión de Bankia y CaixaBank y ha defendido la discreción con que se ha tratado dentro del Ejecutivo la operación.
Ha asegurado que los contactos solo los conocía la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y ningún otro ministro. Lo ha justificado en que era "una información muy sensible" y para "garantizar la confidencialidad". "No lo sabía ningún otro ministro del Gobierno", ha zanjado el presidente en una entrevista en TVE.
Declaraciones a raíz de la queja de Unidas Podemos en boca del secretario de Estado en Derechos Sociales, Nacho Álvarez, que en un mensaje escrito en Twitter el viernes, tras conocerse que se estudiaba la fusión, se mostró muy crítico. Álvarez explica que supo de la fusión a través de los medios de comunicación y se mostró muy crítico con la noticia, al asegurar que es "preocupante para la economía española".
"De la última crisis salimos con una importante concentración bancaria. Seguir profundizando la oligopolización del sector financiero no es una buena noticia para la competencia del mercado, ni para la propia estabilidad del sector", arguye Álvarez.
Sánchez ha respondido a las críticas de su socio de Gobierno: "Yo también defiendo la banca pública", y ha considerado que tanto "desde el punto de vista financiero como el territorial", esta operación tiene "buenos mimbres" de que será "positiva para la economía española".
Palabras a las que se ha referido la ministra de Igualdad, Irene Montero, este lunes. Ha dicho que la fusión le parece una noticia "preocupante" y que no beneficia a la economía española, "al contrario".
El presidente del Gobierno, sin embargo, ha asegurado que "está bien tener presencia pública en el sistema financiero" pero defiende que esa presencia "ya está garantizada a través del Instituto de Crédito Oficial", que ha activado líneas de crédito por 140.000 millones de euros que la entidad ha puesto en marcha para proteger la liquidez de empresas en problemas por la pandemia y para animar su inversión.
"Para mí (el ICO) es realmente la banca pública", ha apuntado. El presidente del Gobierno ha subrayado que su objetivo fundamental es "maximizar la participación pública y dar estabilidad a un sector saneado" dada su relevancia para la recuperación, en un contexto de un sector que "ha sufrido por la pandemia y está altamente impactado por la transición digital".
Sánchez ha reconocido que se está "lejos" de poder recuperar las ayudas de 24.000 millones que el Gobierno inyectó en 2012 para salvar Bankia. Con la operación de fusión, el Estado, a través del Frob, diluiría su participación actual de casi el 62% hasta entre un 14 y un 17% en el nuevo banco nacido tras la integración con Caixabank.