Las jeringuillas más adecuadas para poner la vacuna de Pzifer contra el coronavirus escasean, según denuncian los sanitarios, que necesitan aquellas "con el volumen más próximo al volumen a medir para asegurar una mayor precisión", según explica la enfermera Rosa Gómez, del centro de salud Fátima en Madrid.
De acuerdo con la ficha técnica de la vacuna, la dosis tiene que ser de 0,3 mililitros. La forma de "cargar esta cantidad de la forma más exacta posible es con una jeringa de 1 mililitro", apunta por su parte Víctor Jiménez, vicepresidente de la Asociación Madrileña de Enfermería.
Y es que este tipo de jeringuilla permite una carga precisa y sacar las seis dosis de cada vial. Sin embargo, muchos sanitarios están teniendo que recurrir a jeringas de 2,5 mililitros, con las que tienen que ser los propios enfermeros quienes introduzcan a ojo la cantidad.
Jiménez explica que esto se debe a que "las rayitas que vienen de cada cantidad dentro de la jeringa son mucho menos exactas". Por este motivo, la precisión es menor y se puede dar el caso de que no se consiga aprovechar la sexta dosis de cada vial.
El problema es que las jeringas de 1 mililitro escasean. Aunque Sanidad pidió en abril a las comunidades autónomas que se hicieran con ellas, muchas no han tenido suficientes. La Comunidad de Madrid ha confirmado este jueves que va a hacer una compra de 280.000 jeringas y Andalucía también, porque, aunque de momento no le faltan, quiere tener stock.
"Debemos utilizar jeringuillas de 1 mililitro en lugar que las de 2,5 mililitros, que son las que se están utilizando en algunos centros de salud para vacunar", insiste Rosa Gómez.
El aprovechamiento de las vacunas contenidas en cada vial es clave, así como el espacio. En este sentido, Jiménez avisa de que, cuanto más grande es el volumen de una jeringa, también lo es "el espacio muerto, que es la cantidad que queda en la parte de abajo de la jeringa" y que "queda ahí como residuo y es imposible poder moverlo".
Por eso es tan importante vacunar con las de 1 ml y no con las de 2,5 como se hace en algunas comunidades por falta de las otras, lo que deja en mano del personal de Enfermería el ajuste correcto de la dosis y su aprovechamiento.